Los masajes ya no son patrimonio exclusivo de las terapias de relajación, estas técnicas extraídas de sabidurías milenarias en su gran mayoría, además de paz nos procuran salud y belleza, no en vano cada vez son más los masajes faciales destinados a solventar problemas dérmicos y estéticos como la flacidez o la falta de tono.
Kobido, es un masaje facial japones. Su base es armonizar cuerpo, mente y espíritu, estos han de estar en absoluta armonía para mostrarnos frescos y lozanos, de lo contrario, como un fiel espejo lo manifestará nuestra piel.
Ademas de ser sumamente relajante y drenante, sus efectos son realmente maravillosos, por lo que resulta perfecto para personas con retención de líquidos o que tiendan a las indeseables ojeras y bolsas bajo los ojos, flacidez facial, arrugas. Provoca un efecto drenante, hidratante, embellecedor y relajante, no se puede pedir más a un tratamiento de belleza. Por todo esto el Kobido es llamado el lifting facial. No sólo aporta bienestar y relax, sino que constituye toda una terapia que aporta lozanía y restaura la energía. ¿Por qué?, porque las manipulaciones propias de esta técnica toca puntos vitales y energéticos estimulándolos y reparando daños causados.
El efecto final además de un profundo sopor…, es el de armonía, bienestar y un efecto de resplandor en la piel. Perfecto para pieles reactivas e hipersensibles a causa del estrés y la arrolladora vida urbana y para todos aquellos que quieran lucir un rostro radiante.
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