domingo, 14 de febrero de 2010

¿Que fue lo que te hizo enamorarte?

"Ser amado profundamente por alguien te da fuerza. Mientras que amar a alguien profundamente le da coraje ". (proverbio chino).

A veces el curso de la convivencia nos hace perder el norte de porqué decidimos compartir una vida con el otro, y nos perdemos en un universo de compromisos y en la carrera por mejorar la capacidad de adquirir bienes y nos olvidamos de lo que soñamos con construir y para qué decidimos estar juntos.

Más allá de las dificultades y dolores que surgen en la convivencia y la interacción con el medio externo, el construir pareja implica el conectarse con otro ser en lo más profundo de cada uno. Es aprender a mirarse a los ojos y perderse en el otro, es sentirse unidos en la forma de mirar los procesos de cada uno y acompañarse, entenderse y aceptarse con lo distinto y lo parecido, con las virtudes y los defectos.

A veces el sólo hecho de abrirse a sentir al otro y dejarse llevar por su ritmo cardiaco, su manera de respirar, es en este espacio de sabiduría interior donde está la respuesta, por que la relación surgió desde una emoción y sentimientos internos. Lo demás se fue construyendo con el compartir y la convivencia.

Cuando la relación comienza a ser rutina y las actividades propias de la convivencia y vida en común hacen difíciles los tiempos para conversar, se pierde esa sensación de conexión mutua y se viven los espacios del otro como un abandono y negación que crece con el tiempo. Eso más la rabia sin expresar o el resentimiento resultante de toda esta conjunción es precisamente lo que comienza a trizar una vida satisfactoria en pareja. Para evitar que esto suceda es fundamental comunicar las emociones, necesidades y vivencias aunque sea por teléfono.

La comunicación de lo que le pasa a cada uno en cuanto a sentimientos y sucesos de la vida es lo que permite la conexión ente ambos en sus espacios personales. En la medida en que existan espacios para compartirse vivencias y emociones no se sentirán amenazantes los espacios individuales de cada uno.

El comunicar las emociones haciéndose responsables de cada una de ellas es importante ya que así el otro entiende que se trata de expresar lo que siente y no de culparlo a él o ella de lo que le pasa. Por ejemplo: “a mí no me gusta que dejes tus cosas ahí” es distinto que decirle “Eres un(a) desordenado(a) siempre dejas tus cosas tiradas” con tono de enojo y molestia. En el segundo caso se está descalificando a la pareja y el o la que habla no se hace parte en su opción de haberse enojado, este es un tema muy relevante que abordaremos con detalle en otra edición de la revista y que vale la pena explorar con detención.

Otro de los aspectos a considerar en el tema de la comunicación en la pareja es la relación con la manera en que la pareja conoce el mundo. Todo ser humano tenemos un canal predominante de ver o captar el mundo que nos rodea y es importante saber los canales predominantes que tiene cada uno de los integrantes de la pareja, para poder entenderla.

Los seres humanos podemos ser clasificados en tres tipos de sujetos:
Auditivos: que aprenden el mundo a través de lo que oyen.

Visual: que aprenden el mundo a través de la visión y

Cinestésicos: que aprehenden el mundo a través de las experiencias sensoperceptivas y táctiles.

Esto nos permite entender que muchas veces los integrantes de la pareja no tienen una misma manera de ver inmediatamente el mundo que les rodea y ello afecta enormemente la comunicación. Cuando uno de los dos es auditivo y registra cada palabra y expresión verbal que recibe y el interlocutor es por ejemplo visual pueden generarse grandes sensaciones de vacío e incomunicación por que los visuales hablan muy fuerte para un auditivo y no fijan la vista en la mirada del otro como acostumbran los auditivos. Entonces un auditivo siempre sentirá que un visual no lo escucha con suficiente atención o dedicación y eso afectará la relación. A su vez el visual sentirá que el auditivo jamás le “muestra” su mundo de experiencias ni valora su constante preocupación estática y que se toma mucho tiempo en palabras y no registra o concreta sus iniciativas. Como resultado de las diferencias en los canales de percepción predominantes surgirán muchas expectativas sobre cómo debería el otro actuar que el uno no concibe en su manera de experimentar el mundo. Esto se resuelve aclarando y dialogando con el otro lo que cada uno espera y lo que es importante para él o ella en la relación.

En este sentido es muy importante comunicarle al otro lo que se esperaba y no se cumplió y lo que le gustaría que sucediera.

La vida de pareja involucra también la necesidad de espacios personales para cada uno de sus miembros. Esto significa que cada uno tenga espacios de tiempo para desarrollarse como persona y aportar elementos nuevos para enriquecer la relación.

Esto genera muchas veces temor de perder al otro cada vez que éste intenta buscar tiempos para sí mismo, pero el miedo inicial desaparece en la medida que la pareja es capaz de establecer relaciones más profundas y significativas. Es fundamental que esto pueda darse en ambos integrantes de la pareja para que no surjan sentimientos de desigualdad e injusticia y abandono ante la posibilidad de contar con estos espacios personales.

Existen algunas parejas que establecen relaciones simbióticas (en las que ambos son como uno solo) que generalmente determinan un estilo de vida solitario, con pocas amistades, y en las que cada uno depende del otro. El riesgo de estas relaciones es la soledad de la pareja frente al mundo externo.

Es importante que la pareja entienda que cada uno va poder aportar a la pareja, en la medida que cada uno pueda tener espacios y tiempos para realizar sus proyectos personales y desarrollarse como persona. Así la pareja podrá complementarse, aportando cada uno sus talentos y virtudes. En la medida que cada uno se sienta contento con su propio proceso de desarrollo podrá colaborar con su mirada optimista de la vida y aportarla a la relación .Esto es de ayuda en el clima afectivo al interior de la pareja. Si esto se suma a una buena comunicación afectiva y a la posibilidad de tener espacios para compartir, los sentimientos de abandono no estarán presentes. En cambio si la comunicación afectiva está poco fluida y existe distancia y poca disponibilidad de ambos para comunicarse, los espacios de cada uno, serán vividos como una deslealtad y como un abandono por parte del otro.

Invito a las parejas a indagar en esa sensación de por qué él o ella, es nuestro elegido para compartir nuestro sentir y encontrar el sentido de nuestra opción. Este es un aspecto muy importante que determina una proyección en el tiempo y define el camino a seguir, no es conveniente dejar pasar los años sin acercarse a la pareja de manera profunda y honesta. Y sobre todo es una forma de autodescubrimiento a través de nuestra pareja.

GELY PANTIGA
Terapeuta emocional transpersonal
Especialista en terapia existencial
Especialista en remedios florales
http://www.institutoiris.com/

Curso de Terapia Transpersonal

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